El Misterioso Origen de Tlalnepantla: Entre la Tierra y la Historia

Mariano Giménez

Las tierras mexicanas están impregnadas de historia y cultura. Cada municipio, cada ciudad y cada pueblo tiene sus propias raíces y su propia historia para contar. Uno de estos lugares es Tlalnepantla de Baz, un municipio que no solo destaca por su desarrollo industrial sino también por sus diversas zonas culturales y arqueológicas que preservan la rica historia de sus pueblos fundadores.

El Significado de un Nombre: Tlalnepantla de Baz

Formando parte de los 125 territorios que conforman al Estado de México, Tlalnepantla de Baz alberga miles de datos históricos que datan de la época prehispánica. Su nombre es de origen náhuatl: “tlalli” que significa tierra, y “nepantla”, que se traduce como en medio. Por lo tanto, el nombre completo se puede interpretar como “En medio de la tierra” o “Tierra de en medio”. El apellido “Baz” es un homenaje al destacado médico, político y revolucionario mexicano Gustavo Baz Prada, originario de la entidad.

Vestigios Prehistóricos y Asentamientos Chichimecas

No hay reportes exactos de cuándo comenzaron los asentamientos en esta región, sin embargo, se han encontrado vestigios de animales prehistóricos como el mamut, el dientes de sable, bisontes y lobos. La fauna existente hace unos 10 a 14 mil años, hallada en Tequesquinahuac en 1952, revela que la región fue habitada mucho antes de lo que se pensaba.

Según datos del portal oficial del Estado de México, la zona fue ocupada por los chichimecas en el siglo XII. Esta cultura se encargó de sentar las bases económicas, sociales y culturales de los inicios de Tlalnepantla, destacándose la zona arqueológica de Tenayuca, edificada por este grupo liderado por el caudillo chichimeca Xólotl.

Tenayuca: El Lugar Fortificado

El nombre original de esta zona era Tenayohcan, derivado del náhuatl “tena” (muralla), “yoh” (abundancia) y “can” (lugar). Tras diversas investigaciones, la traducción se determinó como: “Lugar donde hay muchas murallas”, aunque con el tiempo fue conocido como “lugar amurallado” o “lugar fortificado”.

De Chichimecas a Tepanecas, y la Llegada de los Mexicas

Con el tiempo, los chichimecas tuvieron que ceder su territorio a las presiones del imperio tepaneca liderado por Tezozómoc, que comenzó a expandir su territorio por todo el norte de la actual Ciudad de México. Sin embargo, cuando el imperio mexica estaba en su apogeo, también se apropió del entonces territorio tepaneca.

La Influencia Franciscana y la Transformación Española

Con la llegada de Hernán Cortés y la caída de Tenochtitlan, el sitio quedó abandonado y comenzó a tener movimiento de nuevo con la llegada de los frailes franciscanos. Estos religiosos fueron los encargados de evangelizar a los pueblos indígenas y fundaron San Bartolomé para sustituir el nombre de Tenayuca.

Entre los años 1525 y 1587, se construyó el convento y templo Corpus Christi, un lugar emblemático de este municipio que conserva pinturas que datan del siglo XVI. A medida que la población fue adoptando la doctrina católica, se comenzó a promover una nueva cultura influenciada por los valores y las costumbres españolas. Como parte de un ritual de inclusión, se trajeron semillas de árboles frutales importados de España para cultivar en la región y mitigar los problemas de falta de alimentos.

El Nacimiento Oficial de Tlalnepantla

El nacimiento oficial de Tlalnepantla fue en 1848 y para 1888 se encontraba dividida en once municipalidades. Durante este período, comenzaron a aparecer múltiples haciendas, destacando la Ex Hacienda de Santa Mónica y la Ex Hacienda de San Pablo. Tras la Revolución, en 1917, “el Estado de México fue dividido en 119 municipios, quedando Tlalnepantla como uno de ellos”.

Tlalnepantla Hoy en Día

Desde 1948, la localidad fue elevada al rango de ciudad y desde entonces, se ha destacado como uno de los territorios con más desarrollo industrial y centros de trabajo. Según el último censo realizado por el INEGI, actualmente cuenta con un total de 672 mil 202 habitantes, con una ligera mayoría de mujeres (51.4%) sobre hombres (48.6%).

Tlalnepantla es, sin duda, un ejemplo perfecto de cómo la historia, la cultura y la industrialización pueden convivir en perfecta armonía, y es un recordatorio de que el pasado siempre forma parte de nuestro presente.

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