En la encrucijada de arte, movilidad y sostenibilidad, surge una interesante iniciativa llamada Cultura en Bicicleta. Su propósito es difundir y promover actividades culturales y artísticas en México, a través de eventos como exposiciones, conferencias y manifestaciones, no solo en la Ciudad de México, sino también en otras partes del país.
El enfoque sostenible de Ámsterdam
Para comprender mejor esta fusión entre arte y ciclismo, podemos mirar a Ámsterdam, donde las bicicletas son el medio de transporte dominante en la ciudad. Esto se debe a esfuerzos políticos y sociales que han hecho del transporte en Ámsterdam un ejemplo de sostenibilidad, limpieza, eficiencia y seguridad.
La historia detrás de las bicicletas en la ciudad
Después de la Segunda Guerra Mundial, el uso de bicicletas disminuyó debido al auge del automóvil. Sin embargo, en 1971, el grupo activista “Stop de Kindermoord” abogó por la seguridad vial y, gracias a las subvenciones recibidas, iniciaron mejoras en la planificación urbana. Esta situación fue acentuada por la crisis del petróleo de 1973.
Actualmente, hay más de 18 millones de bicicletas en el país, lo que supera su población de 17 millones. La bicicleta incluso tiene su propia embajada, la Dutch Cycling Embassy, lo que muestra el compromiso de la población con ese tipo de transporte.
Una ciudad diseñada para bicicletas y peatones
Las calles en Ámsterdam están diseñadas para dar prioridad a las bicicletas, y muchas tienen acceso limitado a vehículos motorizados. De hecho, la bicicleta cuenta con sus propios carriles separados del tráfico de motor. Esto es posible gracias al término holandés “Woonerf”, donde se crean zonas de vida y socialización para peatones y ciclistas, y el uso de automóviles queda restringido. Como resultado, la tasa de letalidad de tráfico en la ciudad es baja, siendo 2 muertes por cada 100.000 personas.
Mentalidad de la población y movilidad sostenible
El concepto de movilidad sustentable implica repensar las rutinas de la comunidad y una nueva planificación de la vida urbana. La mentalidad de la población es un factor clave en la forma en que se diseña el entorno urbano.
Un ejemplo que representa esta mentalidad es la “Ciudad de 15 minutos”, un concepto que hace referencia a la posibilidad de acceder fácilmente a las seis funciones sociales urbanas esenciales:
- Hogar.
- Trabajo.
- Alimentos.
- Educación.
- Salud.
- Descanso.
Para lograr esto, se necesita priorizar la movilidad activa (a pie o en bici).
Escenario latinoamericano: Argentina y México
Cabe destacar que Argentina se encuentra en el puesto 15 en el mundo en número de ciclistas, detrás de Holanda y Dinamarca. Dentro de América Latina, Argentina ocupa el tercer lugar, luego de Brasil y México.
Un cambio cultural en Buenos Aires
En la Ciudad de Buenos Aires, los viajes en bicicleta aumentaron del 4% al 10,2% del total. Esto se logró gracias a la construcción de casi 300 km de bicisendas, que permiten a los ciudadanos recorrer la ciudad de manera segura y sustentable.
Asimismo, la ciudad de Rosario –segunda en importancia dentro del país–, también experimentó una revolución en movilidad urbanística con 199 kilómetros de ciclovías y bicisendas, lo que se tradujo en un aumento del 360% en la cantidad de ciclistas en hora pico.
El Foro Mundial de la Bicicleta en Argentina
Argentina fue sede del Foro Mundial de la Bicicleta por primera vez, y la ciudad de Rosario fue seleccionada para celebrar la 10ª edición del evento debido a su fuerte política de transformación en movilidad urbana.
El Foro surgió en Brasil luego de un accidente a una masa crítica de ciclistas y busca elegir sedes del encuentro teniendo en cuenta su compromiso con la movilidad sustentable. En este sentido, la Secretaría de Movilidad de Rosario viene impulsando acciones concretas para ajustar el “desbalance histórico en la forma de distribuir el espacio” donde los vehículos motorizados tienen prioridad y el peatón corre peligro.
Esta revolución de la bicicleta en ciudades de todo el mundo, y especialmente en América Latina, nos muestra que es posible cambiar la forma en que nos movemos y cómo experimentamos la vida urbana, todo ello bajo el paraguas de la “cultura de la bicicleta“. Al abrazar esta cultura, no solo nos hace más saludables y reduce nuestra huella en el medio ambiente, sino que también crea espacios más accesibles e inclusivos para todos.
Así que, la próxima vez que necesite ir al trabajo, a la tienda o simplemente dar un paseo por la ciudad, recuerde que su bicicleta puede ser un excelente aliado. Y, tal vez, en algún futuro cercano, veremos proyectos como Cultura en Bicicleta florecer en nuestras ciudades, llevando esa energía transformadora del arte a pedales a cada rincón del mundo.